La imagen de la Virgen del Rocío

Si la Hermandad de Jesús de los Pasos en el Monte Calvario se fundó en los albores del siglo XVIII, no fue hasta la centuria del novecientos cuando se incorporó la imagen de la Virgen del Rocío.

Así, la familia Pina Sierra cedió en 1928 la talla de una Dolorosa dieciochesca, del núcleo malagueño que, estilísticamente, guardaba cierta similitud con la Virgen de los Dolores del Puente. Desgraciadamente, las tensiones vividas entre los donantes y la cofradía hicieron que ésta se retirara del culto, a pesar de haber sido bendecida con anterioridad bajo la advocación del Rocío.

Este contratiempo propició el encargo de una nueva efigie para ser procesionada, ya que la anterior nunca lo hizo. El artista elegido fue el valenciano Pío Mollar Franch. De su taller salió la primera imagen, realizada en 1931. En un primer boceto a lápiz, Pío Mollar dio las claves estilísticas de una Virgen coronada con un halo de doce estrellas, de larga cabellera, mirada baja, con las manos abiertas, vestida de blanco, con ropajes cerrados hasta el cuello y realzada sobre una nube que nacía de la peana. Esta iconografía hacía alusión a la Virgen Milagrosa, cuya devoción estuvo muy enraizada en ese momento histórico.

Lógicamente, esta evocación se debió a que la propia hermandad quería «una imagen que no fuese de Aurora –gloria– ni Dolorosa por completo, sino que su fisonomía reflejase un término medio habida cuenta de su advocación y del tiempo en que ha de procesionarse en compañía de otra imagen de Pasión», según se decía en el diario ‘La Unión Mercantil’.

Sin embargo, la propuesta del escultor no fue del agrado de los cofrades, lo que llevó al artista a suprimir algunos elementos, como la nube, modificó la postura de los brazos y se le ciñó una corona con estrellas en el canasto, sin imperiales y con las tres cruces del Calvario como culminación de la ráfaga, en lugar del halo.

La imagen de la Virgen del Rocío
La primera Virgen en propiedad, procesionó en la Semana Santa de 1931, siendo destruida meses más tarde durante los sucesos de mayo. Consumada la pérdida, se contactó de nuevo con Pío Mollar, quien hizo la actual imagen, recreada en la desaparecida.

Salvada de la guerra civil, al ser ocultada en un domicilio particular, la venerada Virgen del Rocío se bendijo el Domingo de Ramos de 1938. Desde entonces, ya lució un halo de estrellas.

La actual escultura

La autoría de la devota imagen de La Novia de Málaga se debe al escultor valenciano Pío Mollar Franch, realizada en sus conocidos talleres de Valencia, en 1935. Ésta fue restaurada por el imaginero sevillano Luis Álvarez Duarte en 1992. Desde entonces, Duarte mantiene tareas de conservación sobre la imagen cada cierto tiempo. En la primera intervención, la más profunda, aplicó una nueva policromía, armonizó los labios y, a través de sombras, afinó el mentón y dio musculatura al cuello. Asimismo, fue consolidada la estructura interna de la pieza al confeccionarle un candelero, respetando las piernas y pies, resanó las grietas y colocó unas nuevas pestañas superiores.

Al igual que ocurre con Jesús Cautivo, la Virgen del Rocío atesora una personalidad incuestionable que la convierte en un icono imitado en otros municipios de la provincia e incluso de fuera de las fronteras malagueñas.

Su impronta no deja duda de que se trata de una imagen del núcleo levantino, dado que Pío Mollar rememora en esta figura a algunas creaciones de escultores barrocos de origen valenciano, caso de Ignacio Vergara Gimeno y José Esteve y Bonet, entre otros.

También es obvio el acercamiento a otras interpretaciones decimonónicas del mismo círculo. En esta última línea, no debemos pasar por alto el enorme parecido que existe entre la escultura malagueña y la pequeña Virgen del Rosario de Huelva, posiblemente esculpida por un anónimo valenciano en el siglo XIX, que se encuentra al culto en la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús de Huelva y que la Cofradía de la Cena de esa ciudad ha convertido en cotitular. Con relación a la obra del propio Mollar, resulta evidente la afinidad existente con la Virgen del Carmen Coronada, de la parroquia de la Santísima Cruz de Valencia (1940).

Realizada en madera de pino albara, María Santísima del Rocío presenta rasgos dulcificados y juveniles tomados del natural y favorecidos por la colocación de la cabellera postiza que deja al descubierto los pabellones auditivos. En posición erguida, insinúa una leve inclinación de la cabeza hacia la izquierda y extiende las manos, espléndidamente modeladas y anatomizadas, para acoger a cuantos la contemplan. A la vista de la caída de los párpados y la ausencia de lágrimas, su expresión intimista atiende a diferentes estados de ánimo, que van desde la tristeza por el martirio del Señor hasta la alegría por la próxima Resurrección. Morfológicamente, detenta la nariz larga y recta, los labios son finos y entreabiertos, y el mentón culmina en un hoyuelo.

Siguiendo el esquema levantino, Pío Mollar talló y policromó la mascarilla, la zona escapular, las manos y parte de los brazos y las piernas, mientras que el resto del cuerpo descubre una anatomía femenina abocetada, pintada en una tonalidad grisácea, en lugar de la clásica devanadera de las esculturas procesionales marianas.

Con la restauración de 2002, Álvarez Duarte le añadió un pequeño armazón, a modo de candelero, desde unos centímetros más arriba de las rodillas hasta la peana de madera donde reposan los pies, con la finalidad de ofrecer una mejor fijación de la pieza. En su origen, la Virgen del Rocío tenía encarnaciones en tonalidades ocres, si bien Duarte aplicó una nueva policromía con entonaciones tostadas.

Cabe destacar igualmente que, a diferencia de lo habitual, la Virgen del Rocío es la única imagen mariana de la Semana Santa de Málaga que presenta los pies tallados y anatomizados, calzados con sandalias hebreas, siguiendo la tradición escultórica de estirpe levantina. Originariamente, la salzillesca Virgen de Gracia, de Castillo Lastrucci, también exhibía los pies tallados, aunque más adelante fueron sustituidos para incluirle un cuerpo de candelero.

En la Dolorosa de los Desamparados de la parroquia malagueña de Santa María Goretti, su autor, Juan Vega (Málaga, 2007), sigue los parámetros indicados al incorporarle pies y sandalias, si bien esta figura no procesiona durante los días santos.

En relación a la presentación estética de la Virgen del Rocío, el halo de estrellas y la vestimenta que luce durante todo el año, en color blanco, le proporcionan un carácter letífico en su conjunto. Sin embargo, al extrapolarlo a la Semana Santa, al caminar detrás de la imagen de Jesús Nazareno de los Pasos en el Monte Calvario, obtiene la aceptación de esta puesta en escena como elementos anacrónicos que, paradójicamente, le han otorgado un sello único y una devoción popular más que demostrada, de ahí su coronación canónica, que se celebrará hoy sábado, día 12 de septiembre de 2015, en la Catedral malagueña, coincidiendo con la festividad del Santo Nombre de María.

Rafael Rodríguez Puente

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